lunes, 30 de mayo de 2011

Terrazas soleadas y pequeños poemas.


Me huelen las manos a tí.
A tí y a tu perfume propio.
Que sabe a canela y limón.
A aire fresco.

Me sabe la boca a tus labios.
A tus ilusiones y sueños.
A tu futuro y tu talento.
A esperanza.

Me mata tu complicidad salvaje.
Tu pasión y desenfreno.
La que perfilas con tu ojos.
Con la que nunca fallas.

Me atan tus pechos desnudos.
Que me buscan torpemente.
Y les encanta encontrarse conmigo
y con mi lengua.

Me suenan tus frases de siempre.
Y tu risa destartalada.
Que hace que todo sea especial.
Lo convierte en único.

Me pierden tus palabras sencillas.
Que juegan a enrocarse.
A perderme y provocar el pánico.
A encantarme.

A meterme en líos.
Y pedirte una última copa.
o invitarte al cine.

A hacer que llores.
A que quieras matarme.
A que me llames imbécil
.
A serlo todo, y disfrutarlo todo.
A ser hoy, para mañana , ser mañana.






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