Fueron muchas noches tirados, muertos de la risa, en las sillas altas de El Junco,
noches llenas de canciones de los años 7o y Hendrix con tónica,
y de ver como mordías la pajita de cada copa y de la mía.
Luego te subías encima de mi con tu vestido, que siempre me parecía rojo,
y me explicabas como tus tacones me iban a guiar hasta los baños del Costello
dónde "- Nunca se sabe lo que va a pasar."
Sé que de haberte dicho que si la última vez , ahora no me sentiría tan solo escribiendo esto.
Pero jamás hubiese empezando a encontrarme, aunque aún no lo haya conseguido.
Jamás existieron mejores caderas para el Soul,
aunque me ayudaron a dejar de recordar, nunca podré olvidarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario