lunes, 19 de septiembre de 2011

The two faces of twofaces



Valen mas mi silencios,
que lo que valen tus palabras.

¿Lo has entendido?

Valen mas mis silencios,
que lo que valen todas tus palabras.
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Valen mas mis palabras,
que tus palabras.

Porque salen del corazón,
porque no permutan,
ni una de las palabras que confié,
que dije, que espero de tí.

Para la falta de ganas,
te falta talento.
Porque no eres nada,
ni serás nada.
Solo una falta de todo.

Nadie quiere tus palabras,
ni tus silencios,
ni escuchar tus llantos,
Ni a tí. Ni lo que eres. Ni lo que serás.
Ni vales nada, ni serás nada.

Soledad, y nada.
No hay felicidad ni compañía,
para los que pudren la del resto.
Ni debe, ni la tendrás.

Nadie quiere tus palabras,
ni tus disculpas,
ni tus mentiras.

Sobrevives del piropo del resto.
De tu constante, continua y cargante búsqueda de satisfacción de vanidad.

Valen mas mis silencios que tus palabras.
Porque nada vale, cuando no vale nada.

sábado, 17 de septiembre de 2011

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Te dejo una nota.


He dejado una nota grabada encima de tu cama, 
está escrita en verso impar y es tan inconcreta como tú. 
En ella te ofrezco las diecisiete cerraduras de mi mente, 
escondite de mis miedos, fantasías y anhelos. 

En ella relato las virtudes de tu poesía, 
de tus tacones recorriendo Gran Vía 
destilando polvo y espuma, 
plantando encinas y almendros, 
ciudades enteras, 
huracanes y lagos de polen, 
de las flores que enredé en tu pelo, 
y que ahora tras las despedidas, 
se han convertido en mariposas tropicales, 
de colores vivos y violentos. 

Se colorea en escalas cromáticas ambiguas, 
dónde predomina el granate de tus labios, 
reflejando la luz de las cortinas de tu cuarto, 
y proyectando el espejismo que fuimos, 
tan denso y sólido que mantiene mi sombra en tu almohada, 
esperando a que te des la vuelta, 
y la destroces en tu vía hacia el paraíso. 

Está firmada con un abrazo, 
corto y frío, quebradizo y suave, 
frágil y etéreo, gaseoso, fútil, 
como un copo de nieve, 
impertérrito como eres, 
liofilizado en mi mente, 
grabado a puñetazos sobre mi orgullo, 
desollando los nudillos de todo lo que soy, 
contra la pared de lo que eres tú. 

Y envuelta en unos ojeras de noches de insomnio, 
de noches que nunca son de noche, 
de camas revueltas y sábanas gastadas, 
del manual sobre la inmolación de mi carácter, 
agotado de segundas oportunidades, 
cansado de canciones bajo el agua, 
anestesiado y pútrido por las heridas de tus frases, 
hechas con las uñas afiladas de tus caricias, 
y con un significado en todo, 
tan cruel como bello, 
y solo tan épico y paciente 
 como jodidamente imprescindible.