lunes, 20 de febrero de 2012

Microrelato I


¿Por qué? Le preguntó él.

¿Y por qué no? Le respondió ella.

Pero en vez de tirarse toda la noche discutiéndo,
apagaron la luz y se respondieron a besos.

Por eso la mañana amaneció a su hora
porque estaba cubierta de respuestas.

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