lunes, 30 de enero de 2012

No lo dudes (Múdate a mis sábanas)






Recorro tu piel con la ayuda de tus manos,
acaricio cada palmo que me dejas.
Pruebo tu sabor y tus sentidos.
Me dejo llevar.
[...]
Muerdo el dulce de tus braguitas de encaje hasta tus rodillas.
Resoplo el salado de tus arañazos en mi espalda.
Memorizo el tuyo, el tuyo propio.
El que deja tu lengua sobre mi lengua.
Tu cuerpo sobre mi cuerpo.
[...]
Me resbalan las palabras entre el sudor de tu pecho.
Juegan a perderse y a hacernos cosquillas.
Porque tu risa me mata.
Me pide que me pierda en ti cada noche,
con cada uno de mis sentidos.
[...]

(Llega igual que viniste.)

Reflexión nocturna con acantilado y mar de fondo.


(Complemento sonoro) Neu! – Leb' wohl

Una vez me preguntaste que de quién era el mundo.
Te dije que nuestro, pero me refería a mi.
Así que te dejé saltar y te perdí,
y ahora estás en la lista de cosas que no encuentro.

lunes, 9 de enero de 2012

Arte moderno.



Me gustabas porque rimabas,
bueno no literalmente, figuradamente.
Simétricamente.

Tus ojos con tu sonrisa.
Tus manos con tus pechos.
Tus enfados con la forma que tenías de enamorarme.
Tu forma de follar con la de hacer el amor.

Toda tú, pura consonancia,
tan redonda, tan embaucadora,
como la quinta octava de un viejo Steinway & Sons.
Toda una ilusión sonora.

Un mecanismo al fin y al cabo,
sólo un ejercicio técnico y virtuoso,
para un aplauso fácil, un truco de magia.
Todo derroche de interpretación sin sentimiento.

Te depreciaste,
por no inspirar.
Te depreciaste... pero no me olvido
¡De lo bien que decoraste mis sábanas!



martes, 3 de enero de 2012

Autoretrato: 2012.



Mi vida está llena de contradicciones:

Tenerte dentro es una de ellas.
Querer tiempo para mi es otra.
Mi necesidad de estar solo.
La cantidad de palabras que digo sobre mi.
Mi autoestima.
La timidez que me hace parecer tan borde.
El sexo, que me sale por los poros.
Mi diplomacia.

Todo esto es parte de mi personalidad,
pero lo que sobra, se irá en 2012.
No me apetece que los mayas acierten y me pillen perdiendo el tiempo,
y mucho menos con lo que me quita el sueño.

lunes, 2 de enero de 2012

Se me enfrían las manos de esperar las tuyas.



Se me enfrían las manos de esperar las tuyas,
debajo de esta parada, en medio de un Madrid roto.
Pesan los segundos que estallan a gritos desde el reloj de Sol,
retumban entre las nubes grises y las caras tristes.

Se me enfrían las manos de esperar las tuyas,
en este tren hacia el norte, cargado de escarcha, vacío de ti.
Chirrían tus labios bajo las vías, cortadas como tus labios,
se me empañan los cristales con el vaho de tu silencio.

Se me enfrían las manos de esperar las tuyas,
porque ya no tengo tus bolsillos para guardarlas.
Se me enfrían las manos de esperar las tuyas,
porque ya no tengo no tengo tu piel para cubrirme.