sábado, 18 de mayo de 2013

Grandes años, pequeños momentos.



Mis buenos momentos están llenos de dinosaurios de chocolate,
de cervezas, carcajadas de amigos y verdades,
de lecciones sin querer y de sonrisas.
De viajes eternos en sueños.
[...]
Confieso que a veces no sé envainar la espada,
que me gustan la historias llenas de adjetivos y versos,
inconexos, 
pasajeros en cuentos pintados de azul,
en susurro, casi silencio.
[...]
De que puedo quejarme y porqué me quejo,
si no tengo queja alguna de nada,
ni de lo que me rodea ni de mis errores,
ni siquiera de los aciertos.
[...]
Los grandes años se empiezan por creérselos,
cuando das mas importancia a los fraccionables,
que a los números enteros,
al presente que a lo incierto,
a mudarse y vivir en los malditamente perfectos

pequeños momentos.