domingo, 5 de junio de 2011

El centro de la fiesta.


Prefiero ser un millón de veces un hedonista con intenciones,
que un mendigo de atención, tan mediocre cómo caprichoso.

Porque no es que me importe que intentes captar la atención cómo terapia,
ni que me moleste que te enfades cuando a nadie le interesan tus cosas.
Lo que me molesta es que te refugies en tu incrédula, vil y mordaz lengua,
en tu absurda -e innecesaria- habilidad para defecar halagos vanos.
En tu falsa piel de perdedor sin haber luchado, sin haber perdido.
En tu estampa y en tu imagen, que escondes detrás de tus defensas sin autocrítica.

¿Quieres atención? Gánatela.
¿Quieres que hablen de tí? Gánatelo.
¿Quieres una oportunidad? Gánatela.
¿Quieres ser alguien ? Lúchalo.

Pero deja de fustigarte el costado, que bastante apaleado lo tienes ya.
No engañas a nadie.


1 comentario: