sábado, 30 de abril de 2011

A veces.



He venido corriendo hasta casa,
pensando en un cuento,
en un poema o un relato
que escribirte.

Pero he llegado a la puerta,
me he quitado el abrigo,
he abierto el portátil,
y me he tumbado.

Y la cama estaba tan fría sin ti,
que he preferido recordarte
en vez de escribir lo que sueño.

Porque por mucho que escribiese,
no seria capaz de describir
porque te odio sin querer a veces.


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