domingo, 17 de abril de 2011

Vino del norte.


Él vino del norte. Muerto de frio por dentro.
Había pasado las horas mas amargas solo,
y ahora el camino se dividía en dos.

No le asustaba decidir uno.
Tampoco le asustaba equivocarse.
Lo que le llenaba de terror, era dejar cualquiera de ellos por descubrir.

.....

Uno de ellos estaba lleno de ramas y de hojas secas.
Parecía peligroso, la luz entraba y se perdía en su camino.
Sin duda su elección era cuanto menos arriesgada.

El otro estaba a su lado, justo al cruzar el río.
Había una explanada verde interminable.
No había sendero, ni árboles, ni nada que adornase el incansable camino.

Con los hombros agotados dejó la mochila en el suelo.
La abrió y empezó a sacar todo lo que se empeñó en llevar al principio.
Había comentarios a los que nunca hizo caso, consejos de amigos que perdió,
un arsenal de futuros incompletos, el plano de la casa que juró que construiría cuando volviese
y un reloj que contaba las horas que llevaba de camino.

El no quería llevárselo quería marca su propio tiempo,
pero sus amigos se empeñaron en hacérselo llevar.
''Así sabría cuanto tiempo estuvo perdido, y sabría en que hora se encontró.''

Al fondo de la mochila había un mapa. Un viejo mapa. Un mapa lleno de garabatos.
Todos los caminos parecían liarse y enmarañarse cómo los cables de un teléfono.
Unos destinos conectaban con otros y cuando parecías encontrar la llegada,
de esa misma linea salían muchas más, uniéndose con las anteriores.

Los nombres parecían estar en un idioma antiguo,
o al menos en uno ya olvidado por los hombres.
No conseguía descifrar ninguno, excepto uno.
Un minúsculo punto, enmarcado con un círculo y una flecha,
en el que con letras grabadas rezaba ,''Tú''.

Ese punto marcaba el punto exacto en el que ahora se encontraba.
Estaba perdido en la entrada de ''Pensamiento'' y cualquier camino que tomase
iba a significa dejar de vivir la otra opción.

....

Apuró su cantimplora, cerró los ojos, y se sentó a meditar.
Cualquier camino exigiría tomar una decisión, y estaba demasiado cansado para eso.
Como dije, vino del norte, muerto de frío por dentro.
Necesitaba descansar y pensar en el camino recorrido.
No en empezar de nuevo su viaje.

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